CONGREGACIÓN DE LOS SAGRADOS CORAZONES
"La consagración a los Sagrados Corazones de Jesús y de María es el fundamento de nuestro Instituto" (Buen Padre). Esta consagración le da su dimensión especial a nuestra vocación particular en la Iglesia. Ella envuelve dos aspectos, sobre todo:
· Fe en el amor personal, tierno e incondicional de Dios por nosotros y en la forma bondadosa con que él guía nuestras vidas. "El buen Dios es quien nos da su gracia, nos bendice, nos sostiene, nos ayuda, nos guía a través de la vida realiza su obra en nosotros y a través de nosotros". Este constante sentimiento de ser amado, experimentado por el Buen Padre y la Buena Madre, se expresa por nuestra consagración al Corazón de Jesús, fuente y símbolo de ese amor fiel. La conciencia de su amor impregna nuestras vidas y todas nuestras actitudes.
· María, por su fe, su silencio, su entrega de todo corazón, es un modelo para nosotros en nuestra búsqueda por entrar en el Corazón de Jesús. Ella es nuestra compañía a lo largo del camino.
